domingo, 5 de agosto de 2012

EXPERIENCIA TANATOLOGICA


    EXPERIENCIA DE TANATOLÓGIA EN HOSPITALES DE  SALUD PÚBLICA:

POR RAUL SERRATOS Y ZAMORA

La Asociación Mexicana de Tanatología, A. C. (AMTAC), inició su  trabajo  de  atención  hospitalaria,  en  el  Hospital  Regional  Lic. Adolfo  López  Mateos,  en  la  ciudad de  México, con un  curso de introducción  a  la  Tanatología  en  el  mes  de  enero  de  l994,  y  en abril del  mismo año  comenzó  a atender  enfermos  terminales  y  a sus familiares, en los Servicios de Pediatría, y Medicina interna; a partir de 1995 también se da atención en Urgencias. 

El  grupo  de  atención  hospitalaria  Tanatológica  quedó  integrado por  miembros  de  la  AMTAC    que  cursaron  el  diplomado  de  Tanatología a cargo de la misma  Asociación. En el año 2003 y gracias al Dr. Manuel Tovilla y Pomar Médico  pediatra  y  Tanatólogo,  quién  nos  puso  en  contacto  con  la  Dra. Aurea  A.  Erazo.  Jefa  de  Oncología  de  Centro  Médico  Nacional  “Hospital  20  de Noviembre”  se  empieza  a  trabajar  en  dicha  institución con un equipo de cuatro Tanatólogos a los que se nos asignan  los  departamentos  de  Oncología  Médica,  Oncología Quirúrgica y Hematología, cada uno con 30 camas.

En  la  actualidad el  equipo  de  atención  hospitalaria,  en  dicho hospital está integrado por Una  Dra.  Tanatóloga,  dos  Psicólogas  Tanatólogas,  y  una Tanatóloga,  todas  miembros  de  la  AMTAC  y  que  cursaron  el diplomado. Nuestro trabajo consiste en acompañar al enfermo, Terminal o en Fase  Terminal  y  a  su  familia,  en  un  proceso  penoso,  que  puede durar  en  algunos  casos  años,  como  es  el  caso  de  estas enfermedades. Ej. La Leucemia tiene un protocolo de 3 años si el enfermo no sufre recaída. 

La  atención  hospitalaria  difiere  en  algunos  aspectos  a  la  que  se recibe en un consultorio. Empezando por el hecho  de que rara vez somos solicitados por el paciente o familiar, ya que se desconoce este tipo de apoyo. Nuestro enlace con el paciente en el C. M. N. 20 de Noviembre es a  través  del  Jefe  de  enfermería que  es  el  que  nos  remite  al enfermo que a su parecer está necesitado del apoyo Tanatológico. (  no  podemos  perder  de  vista  que  en  estos  departamentos  ya mencionados,  todos  los  pacientes  son  Enfermos  Terminales  y conocen  su  diagnostico  o  están  a  punto  de  confirmarlo)  por  lo cual son pacientes Tanatológicos, y los  que nos asignan, son los más  graves,  o  en  situación  de  crisis  emocional,  ya  sea  por  las  complicaciones del mismo tratamiento, por alguna recaída, por las pérdidas sufridas,  por las emociones o fases que vive el enfermo, muchas  veces  depresiones  profundas, por  problemas  familiares, económicos, por algún diagnóstico, ausencia de sus seres queridos etc.

No podemos olvidar lo que Cecily Saunders, sostiene  “El dolor del  enfermo  oncológico  avanzado  es  un  dolor  total,  es  decir,  el  sufrimiento nos es solo  físico, sino también psicológico, social y espiritual”.

Y la atención a los familiares que en algunos casos son los más  angustiados  y  que  sufren  por  todas  las  situaciones  que  vive  el paciente,  mencionadas  anteriormente, y  con  la  impotencia  que  sienten por no poder hacer más por su ser querido. 

Gracias  al buen  desempeño del  equipo  de  Tanatología,  hemos captado  la  atención  de  los Médicos  tratantes.  (El  Hospital  20  de Noviembre es un Hospital de especialidades y en cada área hay un equipo  de  Médicos  especialistas.  Estos  Médicos  se  han  dado cuenta de nuestro trabajo, y en varias ocasiones  ha solicitado el apoyo Tanatológico a la hora de  dar un diagnostico o desahuciar a  un enfermo.

 Y  también piden apoyo  para  familiares,    o  para algún  paciente  en  particular  que  ellos  consideran  necesita  de  la  Tanatología.

Por lo que nuestro acercamiento al paciente tiene que ser con un absoluto respeto sin olvidar que viven en muchos casos estados de crisis  profundas,  por  lo  que  el  primer  acercamiento  es  fundamental para ser aceptados y acogidos por el, ( El Dr. Reyes dice que la Tanatología es un arte, y si que se necesita para este primer  encuentro).  Después  de  este  primer  paso  ya  somos necesitados y solicitados por los mismos pacientes. 

Esta  relación  Tanatólogo -  Paciente  se  fortalece  y  se  hace  indispensable,  cuando  se escucha responde,  comprende, ayuda,  aclara,  y  cura  las  emociones  y  necesidades  del  paciente, por lo que la relación llega más allá  del hospital, a las familias, a los  hogares,  muchas  veces  a  través  del  teléfono,  o  con  visitas, cuando no es foráneo y así el Tanatólogo se convierte en el amigo incondicional  del  paciente,  y  el paciente  en  un  promotor  de  la Tanatología ya que el mismo nos recomienda con otros pacientes.

Pero  si  el  paciente    rechaza  la  ayuda  Tanatológica  (raros  casos) nos retiramos.

Fase  Terminal

Cuando, la Medicina no puede hacer ya nada por el paciente, en el hospital  lo  llaman “Máximo  Beneficio”, y generalmente  lo remiten a su casa con cuidados paliativos, esta información se les da  delante  de  los  familiares,  es  un  momento  muy  fuerte, los Doctores  hablan  con  mucha  claridad,  por  lo que el  paciente generalmente esta  consiente  de  la  gravedad  de  su  estado,  salvo algunos casos en los que sigue viviendo una negación.

En  esos  momentos  sentimos  que  se  derrumba    todo  nuestro trabajo, ante la impotencia de los Médicos  y del enfermo, no es raro que nos contagiemos de una cierta frustración que nos lleve a
pensar que ya no podemos hacer algo, y que nuestra presencia y acompañamiento  son  inútiles.

Al  enfermo  le  han  quitado  la Esperanza, que le hacía soportar tratamientos largos y dolorosos, además de todas las pérdidas que conlleva la enfermedad, por lo que las reacciones  en  el  enfermo  y familiares, van desde  la negación, o  no  aceptación  del  diagnóstico,  mucha angustia, frustración, rabia  contra  el  tratamiento  e  institución  hasta  la  resignación,  y  en  algunos  casos la  aceptación cuando  ya  están cansados de luchar.

¿Qué  hacer  en  esos  momentos?  ESCUCHAR,  nuestra  relación con el enfermo Terminal debe caracterizarse por la escucha dejar que la persona se rebele para poder encontrar juntos el sentido de la muerte. Es todo un arte descifrar los sentimientos del paciente a través de sus palabras, sus gestos y su silencio. Y así ayudarlo a encontrar  la  Esperanza  Real  que  es  la  que  lo  sostendrá y  que brotará  de  la  espiritualidad  del  paciente  ya  que  en  esta  etapa  es muy  importante. 

La  labor  del  Tanatólogo  no  es  darle  las respuestas sino caminar a su lado, escuchando sus luchas, miedos, llevándolo a encontrar los elementos para afrontar su muerte. Debemos  considerar  varias  cosas:  un  paciente  en  etapa  de  fase Terminal, tiene temor al dolor y a la debilitación progresiva, a la pérdida del control de si mismo, a la dependencia de los demás, al aislamiento, a lo desconocido a la muerte, y también, el dolor de dejar  a  su  familia, “cuantos  padres  encontramos  que  su  mayor preocupación son sus hijos”. 

Por  lo  que  debemos  ser  muy  cuidadosos  ya  que  se  requiere  de toda  nuestra  atención  y  dedicación,    para  brindar  al  paciente  la ayuda que el enfermo necesita en ese momento tan especial de su vida    la  labor  Tanatológica  profesional,  la  empatía  y  el  amor incondicional  ayudarán  a  reducir,  en  parte,  la  ansiedad  y  la angustia  del  paciente  y  de  la  familia.  Sin  olvidar  que  para nosotros  es  también  un  momento  fuerte,  sobretodo  si  hemos acompañado al paciente por largo tiempo.

El momento de la agonía  

Es otro de los privilegios que tenemos los que trabajamos en los hospitales, el estar en el momento más importante en la vida de toda  persona  el  de  la  Muerte,  es  la  hora  de  la  verdad  y  de  la autenticidad  y  recibimos  de  ellos,  herencias  espirituales que recordaremos siempre. Son unos momentos de mucha emotividad de despedidas, de silencios, si hay conciencia, una pregunta, ¿ qué
puedo hacer por ti? Muchas veces nos dicen, rezar. Hay personas que durante toda su vida o todo su proceso dieron la impresión de no tener fe, y en este momento, se presenta la esperanza religiosa.

Quizás  el  adecuado  tratamiento  puede  llevarlo  a  un  profundo sentido de la muerte  y del más allá.  La comunicación de la vida del  espíritu  y  de  la  riqueza  interior  puede  resultar  más reconfortante  que  una  transfusión  de  sangre.  (Palabras  del  Dr. Pérez  Varela).

Hay  otros  momentos  en  los  que  el  moribundo  no encuentra  la  paz,  si  su  estado  lo  permite,  hay  que  animarlo  a expresar  estas  preocupaciones  que  muchas  veces  son  por  el desamparo en que quedaría su familia o por otras razones. Pero  para  los  que  estamos  a  su  lado,  y  lo  hemos  conocido  a acompañado  no  deja  de  ser  una  experiencia  entrañable,  son despedidas, que vivimos, muy fuertes en algunos casos pero que no cambio por nada.

Y repitiendo al Dr. Pérez Valera.
 “No es de extrañar  que  una  experiencia  tan  demandante  sea tan  enriquecedora”.

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