HISTORIA DE LA PROTECCION CIVIL EN
MÉXICO
La protección civil no es una
disciplina nueva que inicie a partir del mes de mayo de 1986, en el que se
establece la creación del Sistema Nacional de Protección Civil; algunas
referencias históricas demuestran que esta materia se remonta desde hace años
atrás, ya que son las respuestas institucionales ante los desastres ocurridos
en nuestro país.
Los antecedentes más remotos de
la historia de protección civil en México datan del siglo XVIII con los hombres
denominados “serenos”, quienes eran responsables de custodiar el orden por las
noches y terminaban su labor a las seis de la mañana, en caso de que se
presentara un siniestro, con su silbato daban aviso de alarma a la población
cuando esta dormía.
El 18 de septiembre de 1790 se
emite el reglamento del conde de Revillagigedo para prevenir y atender
incendios en México. En ese tiempo, al no existir todavía un cuerpo de bomberos
organizado, la policía era quien tenía la función de combatir los incendios,
obedeciendo en aquel entonces el concepto de la “ciencia de la policía” que
significaba la función de administración y bienestar para la ciudadanía.
Cuando ocurría un incendio se
tocaban las campanas de las iglesias para anunciar el siniestro, pero debido a
la guerra de la independencia, el Conde de Revillagigedo promulgó, el 29 de
febrero de 1812, disposiciones nuevas para evitar que el toque de campana se
aprovechara por los insurreccionistas, se daba aviso a los “guarda faroles o
serenos” para que ellos, a su vez, dieran aviso a la casilla de policía.
Fue hasta el 11 de diciembre de
1871 durante la gestión del presidente Benito Juárez cuando se crea el primer
Cuerpo de Bomberos organizado para la ciudad de México, debido a un incendio
que sucedió en la plaza del “Volador”, llevándose a cabo después programas
destinados a la vigilancia y auxilio a vecinos en caso de siniestros, y en1887,
durante el gobierno de Porfirio Díaz, se forma el nuevo Cuerpo de Bomberos con
personal voluntario y equipo renovado, bombas de doble acción y vapor, así como
escaleras telescópicas.
Como consecuencia de una terrible
inundación en la ciudad de León Guanajuato, el 28 de junio de 1888 la Cámara de
Diputados decreta la instalación de una Junta Directiva de Socorros, y el 30
del mismo mes queda constituida formalmente como Junta de Socorros, cabe
señalar que en ese desastre la respuesta institucional giro instrucciones para
que el 1er. Batallón de Zapadores de Guanajuato participara en las tares de
auxilio; hechos que podrían ser los antecedentes del Sistema Nacional de
Protección Civil y el Plan DN-III-E, en donde elementos del Ejercito fueron
utilizados para atender desastres como actualmente lo hacen.
En las inundaciones catastróficas
de la ciudad de Monterrey, en agosto de 1909, y en el terremoto del 7 de junio
de 1911 aparece por primera vez el emblema de la Asociación Mexicana de la Cruz
Roja para participar en las tareas de rescate y mitigación de las víctimas,
siendo que el 21 de febrero de 1910 se reconoce la personalidad jurídica de esa
Asociación y se declara como institución pública.
El 13 de agosto de 1942, el
gobierno federal publica en el Diario Oficial de la Federación el decreto para
proteger a la población de agresiones aéreas, con motivo de la declaración de
guerra que hace México a las potencias del Eje (Alemania, Japón e Italia).
Esos sistemas de Protección Civil
desaparecieron, pero con la emisión de ese decreto se prueba que la protección
civil en nuestro país ya ha sido utilizada e ideada anteriormente; sin embargo,
no se dio continuidad en la materia.
Al continuar con la exposición de
medidas gubernamentales que ilustran la historia de la Protección Civil,
podemos decir que antes del sismo de 1985 el único plan operativo existente era
el PLAN DN-III-E, el cual se originó a raíz del desbordamiento del río Pánuco
en 1966, provocando daños en Veracruz y Tamaulipas, así como la gran inundación
que padeció la ciudad de Irapuato en 1972, y la Secretaría de la Defensa
elaboró ese plan para rescatar, evacuar, prestar atención médica, proteger y
mantener el orden en las zonas afectadas.
El 4 de mayo de 1972, el presidente Luis Echeverría crea la Comisión
Permanente de auxilio para el Distrito Federal en caso de siniestro, debido a
un incendio en las delegaciones de Tlalpan, Xochimilco y Coyoacan, con el fin
de ayudar a los damnificados.
En 1976 se crea la Dirección General de Prevención y Atención de
Emergencias Urbanas, cuyos objetivos eran, principalmente, mitigar, reducir
riesgos producidos por diferentes desastres, identificar las regiones
vulnerables y diagnosticar sus riesgos, y asentamientos humanos, formular
programas, acciones y campas de educación, organización y motivación, dirigidas
a las autoridades y a la comunidad, esta Dirección estaba estructurada por tres
subdirecciones: de Prevención para la seguridad: de Atención, Promoción; y
Rehabilitación y Proyectos Especiales.
En 1981 se crea el Sistema de Protección Civil y Restablecimiento para
el Distrito Federal (SIPROR), el cual podemos considerar como el antecedente
inmediato del Sistema Nacional de Protección Civil, el SIPROR se diseñó con el
fin de planear la revitalización del Centro Histórico, en el marco de los
factores de mitigación sísmica para el área metropolitana de la Ciudad de
México.
Después de los sismos de 1985, el SIPROR se transformó en la Dirección
de Protección Civil y también se determino la creación del Sistema Nacional de
Protección Civil (SNPC); este último fue diseñado por el comité de Prevención
de Seguridad Civil, constituyéndose hasta ahora como “un agente regulador que
concibe como el conjunto orgánico que
articula planes, programas y recursos, que establece estructuras y relaciones
funcionales de las dependencias y entidades públicas de los niveles federal,
estatal y municipal de gobierno entre sí y con los diversos grupos privados y
sociales para efectuar acciones de común acuerdo en materia de protección”
El 11 de mayo de
1990 se crea el Consejo Nacional de Protección Civil, como un órgano consultivo
de coordinación de acciones de participación social en la planeación de la
protección Civil, después de esta revisión histórica, se puede concluir que
existe una constante; las respuestas institucionales casi siempre han sido
después de que sucede una calamidad y
pocas veces hay respuesta anticipada al desastre, por lo que los esfuerzos en
materia de seguridad civil han sido producto de los siniestros y no de la aplicación
de políticas preventiva