sábado, 11 de agosto de 2012

Historia de la Protección Civil en México


HISTORIA DE LA PROTECCION CIVIL EN MÉXICO
La protección civil no es una disciplina nueva que inicie a partir del mes de mayo de 1986, en el que se establece la creación del Sistema Nacional de Protección Civil; algunas referencias históricas demuestran que esta materia se remonta desde hace años atrás, ya que son las respuestas institucionales ante los desastres ocurridos en nuestro país.
Los antecedentes más remotos de la historia de protección civil en México datan del siglo XVIII con los hombres denominados “serenos”, quienes eran responsables de custodiar el orden por las noches y terminaban su labor a las seis de la mañana, en caso de que se presentara un siniestro, con su silbato daban aviso de alarma a la población cuando esta dormía.
El 18 de septiembre de 1790 se emite el reglamento del conde de Revillagigedo para prevenir y atender incendios en México. En ese tiempo, al no existir todavía un cuerpo de bomberos organizado, la policía era quien tenía la función de combatir los incendios, obedeciendo en aquel entonces el concepto de la “ciencia de la policía” que significaba la función de administración y bienestar para la ciudadanía.
Cuando ocurría un incendio se tocaban las campanas de las iglesias para anunciar el siniestro, pero debido a la guerra de la independencia, el Conde de Revillagigedo promulgó, el 29 de febrero de 1812, disposiciones nuevas para evitar que el toque de campana se aprovechara por los insurreccionistas, se daba aviso a los “guarda faroles o serenos” para que ellos, a su vez, dieran aviso a la casilla de policía.

Fue hasta el 11 de diciembre de 1871 durante la gestión del presidente Benito Juárez cuando se crea el primer Cuerpo de Bomberos organizado para la ciudad de México, debido a un incendio que sucedió en la plaza del “Volador”, llevándose a cabo después programas destinados a la vigilancia y auxilio a vecinos en caso de siniestros, y en1887, durante el gobierno de Porfirio Díaz, se forma el nuevo Cuerpo de Bomberos con personal voluntario y equipo renovado, bombas de doble acción y vapor, así como escaleras telescópicas.
Como consecuencia de una terrible inundación en la ciudad de León Guanajuato, el 28 de junio de 1888 la Cámara de Diputados decreta la instalación de una Junta Directiva de Socorros, y el 30 del mismo mes queda constituida formalmente como Junta de Socorros, cabe señalar que en ese desastre la respuesta institucional giro instrucciones para que el 1er. Batallón de Zapadores de Guanajuato participara en las tares de auxilio; hechos que podrían ser los antecedentes del Sistema Nacional de Protección Civil y el Plan DN-III-E, en donde elementos del Ejercito fueron utilizados para atender desastres como actualmente lo hacen.
En las inundaciones catastróficas de la ciudad de Monterrey, en agosto de 1909, y en el terremoto del 7 de junio de 1911 aparece por primera vez el emblema de la Asociación Mexicana de la Cruz Roja para participar en las tareas de rescate y mitigación de las víctimas, siendo que el 21 de febrero de 1910 se reconoce la personalidad jurídica de esa Asociación y se declara como institución pública.
El 13 de agosto de 1942, el gobierno federal publica en el Diario Oficial de la Federación el decreto para proteger a la población de agresiones aéreas, con motivo de la declaración de guerra que hace México a las potencias del Eje (Alemania, Japón e Italia).
Esos sistemas de Protección Civil desaparecieron, pero con la emisión de ese decreto se prueba que la protección civil en nuestro país ya ha sido utilizada e ideada anteriormente; sin embargo, no se dio continuidad en la materia.

Al continuar con la exposición de medidas gubernamentales que ilustran la historia de la Protección Civil, podemos decir que antes del sismo de 1985 el único plan operativo existente era el PLAN DN-III-E, el cual se originó a raíz del desbordamiento del río Pánuco en 1966, provocando daños en Veracruz y Tamaulipas, así como la gran inundación que padeció la ciudad de Irapuato en 1972, y la Secretaría de la Defensa elaboró ese plan para rescatar, evacuar, prestar atención médica, proteger y mantener el orden en las zonas afectadas.
El 4 de mayo de 1972, el presidente Luis Echeverría crea la Comisión Permanente de auxilio para el Distrito Federal en caso de siniestro, debido a un incendio en las delegaciones de Tlalpan, Xochimilco y Coyoacan, con el fin de ayudar a los damnificados.
En 1976 se crea la Dirección General de Prevención y Atención de Emergencias Urbanas, cuyos objetivos eran, principalmente, mitigar, reducir riesgos producidos por diferentes desastres, identificar las regiones vulnerables y diagnosticar sus riesgos, y asentamientos humanos, formular programas, acciones y campas de educación, organización y motivación, dirigidas a las autoridades y a la comunidad, esta Dirección estaba estructurada por tres subdirecciones: de Prevención para la seguridad: de Atención, Promoción; y Rehabilitación y Proyectos Especiales.

En 1981 se crea el Sistema de Protección Civil y Restablecimiento para el Distrito Federal (SIPROR), el cual podemos considerar como el antecedente inmediato del Sistema Nacional de Protección Civil, el SIPROR se diseñó con el fin de planear la revitalización del Centro Histórico, en el marco de los factores de mitigación sísmica para el área metropolitana de la Ciudad de México.
Después de los sismos de 1985, el SIPROR se transformó en la Dirección de Protección Civil y también se determino la creación del Sistema Nacional de Protección Civil (SNPC); este último fue diseñado por el comité de Prevención de Seguridad Civil, constituyéndose hasta ahora como “un agente regulador que concibe  como el conjunto orgánico que articula planes, programas y recursos, que establece estructuras y relaciones funcionales de las dependencias y entidades públicas de los niveles federal, estatal y municipal de gobierno entre sí y con los diversos grupos privados y sociales para efectuar acciones de común acuerdo en materia de protección”
El 11 de mayo de 1990 se crea el Consejo Nacional de Protección Civil, como un órgano consultivo de coordinación de acciones de participación social en la planeación de la protección Civil, después de esta revisión histórica, se puede concluir que existe una constante; las respuestas institucionales casi siempre han sido después de que sucede una  calamidad y pocas veces hay respuesta anticipada al desastre, por lo que los esfuerzos en materia de seguridad civil han sido producto de los siniestros y no de la aplicación de políticas preventiva

lunes, 6 de agosto de 2012

HISTORIA DE VETERANOS



José Morales Becerra, nació en Ocotlán Jalisco el 24 de mayo d 1921. Siendo el hijo menor del matrimonio formado por Lorenzo Ángel Morales y Aleja Becerra, al morir sus padres, se trasladó a la Ciudad de México donde creció al amparo de su tía Pilar Romero Ugarte, a la cual llega a querer como a su madre, de hecho así le llamaba, hizo sus estudios en el Colegio Francés, llegando a graduarse como Contador Privado.
Si tía fue durante 18 años, Directora del Tribunal para Menores de la Ciudad de México y es este lugar donde se desarrolla el interés en los jóvenes, ya que en su tiempo libre acompañaba a su tía en sus labores.
Alrededor de 1938 inicia sus actividades en la Sociedad “Amigos de los niños” llevando a pasear a pequeños y llevándolos de excursión, en 1940 siendo ya instructor de las tropas 2 y 3 de dicha sociedad, es felicitado en varias ocasiones, por las Señoras De Baz y de Subirán, esposas de destacados médicos de la época por la labor desarrollada por los elementos a su mando. Inicia sus labores en el Grupo de Escultismo “Amanecer” y el 7 de noviembre de ese año ingresa a la Cruz Roja Mexicana con e grado de Ambulante.
Su inquietud por los jóvenes lo lleva a formar, en 1941, un grupo en la Escuela “José María Iglesias”, siendo felicitado por las autoridades de Educación Pública por el trato “amable y cariños” que daba a los niños y jóvenes, siendo reconocido por lo padres de algunos “alumnos problema” a los que con buena orientación saca adelante.
Continúa su labor escultista en el “Grupo Amanecer” dando instrucción sobre Primeros Auxilios y Campismo, ingresando en 1945 a los Scout de México. En 1951 el Instituto Nacional de la Juventud forma el Comité de Orientación Cívica de la Juventud, siendo nombrado Auxiliar del Director Técnico, este mismo año al ser comisionado para atender a la delegación de jóvenes de su natal Ocotlán, deja un muy buen impacto de su labor, reflejándose en la petición del Director de la Juventud del P.R.I. local de que le envíen reglamentos y cartulinas del movimiento la Cruz Roja Juvenil
De 1952 a 1958 se avoca a formar Grupos Escolares de Primeros Auxilios, principalmente en primarias como la “Valentín Gómez Farías”, “Manuel López Cotilla”, “Edo. De Chiapas”, “edo. De Chihuahua”, “Niños Héroes”, “Defensores de la Republica”, etc. Y de secundarias como la número 3, 10 y 22, posteriormente la numero 4 y la numero 1, en estas últimas es comisionado por la Cruz Roja para atender las inquietudes de los jóvenes, prestando su primer servicio organizado el día 13 de Septiembre de 1955, siendo sus alumnos además ganadores de varios concursos de Primeros Auxilios organizados por la Dirección de Acción Social de la Secretaria de Educación Publica, aquí cabe comentar que su informe del 13 de junio de 1958, el listado de alumnos de las diferentes escuelas reporta un total de mas de 700 alumnos a los que imparte cursos de Primeros Auxilios y que ayudaban a los ambulantes en los servicios extraordinarios que prestaba  la Cruz Roja.
Por ese tiempo, para ser mas exactos el 20 de Diciembre de 1958, contrae nupcias con Margarita Cuenca, la cual, desde tiempo atrás es contagiada por el espíritu altruista de Don José e inicia su labor paralela ayudándole con las jovencitas en cuanto a la orientación y guía en los diferentes trabajos que desempeñaba la Sección Juvenil, tiempo después, nace Paty, la cual siguiendo las enseñanzas de sus padres, se integra al movimiento, siendo parte importante en la fundación y engrandecimiento de los Comités de Naucalpan y Texcoco.
En el sismo de 1957, a pesar de que él se encontraba de campamento con la mayor parte de sus jóvenes, los que quedaban en la Ciudad de México, siguiendo sus enseñanzas, acuden por la mañana del 29 de julio a las instalaciones de la Cruz Roja a tratar de auxiliar dentro de sus posibilidades a los ambulantes en su labor de rescate y atención a las victimas de los derrumbes.
En 1961 es felicitado por la labor desempeñada por sus grupos escolares en la visita que efectúan jóvenes de la Cruz Roja Americana a nuestro país, por el General Gruenther, Presidente de la Institución, este mismo año, es ascendido a Sub-Oficial en la Cruz Roja y nombrado Vicepresidente de la Cruz Roja de la Juventud.
En 1964 es nombrado Ayudante del Estado Mayor de la Jefatura General de los Cuerpos de Ambulancias de la Republica por el Comandante Daniel Moreno, este mismo año le es otorgado un diploma por su labor en la campaña de Educación Vial, firmado por el entonces Director General de Transito de la Ciudad de México.
La experiencia con los jóvenes norteamericanos deja inquietud e inicia comunicaciones con la Cruz Roja Americana y con las de otros países para el intercambio de jóvenes, siendo coronada su actuación  con infinidad de estos intercambios.
En 1966 es ratificado como ayudante del Estado Mayor y es felicitado por los 10 años de participar con su grupo de jóvenes en el desfile conmemorativo de la Independencia en la Delegación de Azcapotzalco, también es nombrado Presidente Ejecutivo de la “Cruz Roja Juvenil”
En 1971, es invitado por la Sra. Irma Fautsch a engrandecer el Comité de Juventud en Naucalpan, decidiendo que, después de formar muchos jóvenes en el Distrito Federal, ellos pueden seguir su labor, por lo que decide reiniciar el movimiento en Naucalpan de Juárez, Estado de México, donde apoyado por la Sra. Fautsch y la Sra. Gallard logra éxito en sus propósitos formando el Comité de Juventud de Naucalpan, mismo que dirige por 7 años, preparando a jóvenes que el futuro dirigirán dicho comité.
En 1977 por única vez es entregado un reconocimiento por parte de los elementos activos y retirados del Comité del Distrito Federal en contra de los miles que el entrego.
En 1978 se traslada con su familia a la Ciudad de Texcoco, donde también impulsa el Comité de Juventud, llegando su hija Patricia a ser Presidenta del Comité de Texcoco.
El 7 de febrero de 1982 sufre un infarto que provoca su muerte en el Hospital de la Cruz Roja de Texcoco, siendo sepultados sus restos en dicha Ciudad, rodeado de muchos de sus jóvenes, que ya eran hombres y mujeres de provecho, y de los padres de los jóvenes de ese tiempo, que agradecían la labor que por más de 38 años efectuó en beneficio de la juventud Mexicana.

“FORJANDO HOMBRES Y MUJERES DE BIEN”
José Morales Becerra
Activo 1152
Nació el 24 de Mayo de 1921
Ingreso el 2 de Noviembre de 1940
Falleció el 7 de Febrero de 1982

domingo, 5 de agosto de 2012

EXPERIENCIA TANATOLOGICA


    EXPERIENCIA DE TANATOLÓGIA EN HOSPITALES DE  SALUD PÚBLICA:

POR RAUL SERRATOS Y ZAMORA

La Asociación Mexicana de Tanatología, A. C. (AMTAC), inició su  trabajo  de  atención  hospitalaria,  en  el  Hospital  Regional  Lic. Adolfo  López  Mateos,  en  la  ciudad de  México, con un  curso de introducción  a  la  Tanatología  en  el  mes  de  enero  de  l994,  y  en abril del  mismo año  comenzó  a atender  enfermos  terminales  y  a sus familiares, en los Servicios de Pediatría, y Medicina interna; a partir de 1995 también se da atención en Urgencias. 

El  grupo  de  atención  hospitalaria  Tanatológica  quedó  integrado por  miembros  de  la  AMTAC    que  cursaron  el  diplomado  de  Tanatología a cargo de la misma  Asociación. En el año 2003 y gracias al Dr. Manuel Tovilla y Pomar Médico  pediatra  y  Tanatólogo,  quién  nos  puso  en  contacto  con  la  Dra. Aurea  A.  Erazo.  Jefa  de  Oncología  de  Centro  Médico  Nacional  “Hospital  20  de Noviembre”  se  empieza  a  trabajar  en  dicha  institución con un equipo de cuatro Tanatólogos a los que se nos asignan  los  departamentos  de  Oncología  Médica,  Oncología Quirúrgica y Hematología, cada uno con 30 camas.

En  la  actualidad el  equipo  de  atención  hospitalaria,  en  dicho hospital está integrado por Una  Dra.  Tanatóloga,  dos  Psicólogas  Tanatólogas,  y  una Tanatóloga,  todas  miembros  de  la  AMTAC  y  que  cursaron  el diplomado. Nuestro trabajo consiste en acompañar al enfermo, Terminal o en Fase  Terminal  y  a  su  familia,  en  un  proceso  penoso,  que  puede durar  en  algunos  casos  años,  como  es  el  caso  de  estas enfermedades. Ej. La Leucemia tiene un protocolo de 3 años si el enfermo no sufre recaída. 

La  atención  hospitalaria  difiere  en  algunos  aspectos  a  la  que  se recibe en un consultorio. Empezando por el hecho  de que rara vez somos solicitados por el paciente o familiar, ya que se desconoce este tipo de apoyo. Nuestro enlace con el paciente en el C. M. N. 20 de Noviembre es a  través  del  Jefe  de  enfermería que  es  el  que  nos  remite  al enfermo que a su parecer está necesitado del apoyo Tanatológico. (  no  podemos  perder  de  vista  que  en  estos  departamentos  ya mencionados,  todos  los  pacientes  son  Enfermos  Terminales  y conocen  su  diagnostico  o  están  a  punto  de  confirmarlo)  por  lo cual son pacientes Tanatológicos, y los  que nos asignan, son los más  graves,  o  en  situación  de  crisis  emocional,  ya  sea  por  las  complicaciones del mismo tratamiento, por alguna recaída, por las pérdidas sufridas,  por las emociones o fases que vive el enfermo, muchas  veces  depresiones  profundas, por  problemas  familiares, económicos, por algún diagnóstico, ausencia de sus seres queridos etc.

No podemos olvidar lo que Cecily Saunders, sostiene  “El dolor del  enfermo  oncológico  avanzado  es  un  dolor  total,  es  decir,  el  sufrimiento nos es solo  físico, sino también psicológico, social y espiritual”.

Y la atención a los familiares que en algunos casos son los más  angustiados  y  que  sufren  por  todas  las  situaciones  que  vive  el paciente,  mencionadas  anteriormente, y  con  la  impotencia  que  sienten por no poder hacer más por su ser querido. 

Gracias  al buen  desempeño del  equipo  de  Tanatología,  hemos captado  la  atención  de  los Médicos  tratantes.  (El  Hospital  20  de Noviembre es un Hospital de especialidades y en cada área hay un equipo  de  Médicos  especialistas.  Estos  Médicos  se  han  dado cuenta de nuestro trabajo, y en varias ocasiones  ha solicitado el apoyo Tanatológico a la hora de  dar un diagnostico o desahuciar a  un enfermo.

 Y  también piden apoyo  para  familiares,    o  para algún  paciente  en  particular  que  ellos  consideran  necesita  de  la  Tanatología.

Por lo que nuestro acercamiento al paciente tiene que ser con un absoluto respeto sin olvidar que viven en muchos casos estados de crisis  profundas,  por  lo  que  el  primer  acercamiento  es  fundamental para ser aceptados y acogidos por el, ( El Dr. Reyes dice que la Tanatología es un arte, y si que se necesita para este primer  encuentro).  Después  de  este  primer  paso  ya  somos necesitados y solicitados por los mismos pacientes. 

Esta  relación  Tanatólogo -  Paciente  se  fortalece  y  se  hace  indispensable,  cuando  se escucha responde,  comprende, ayuda,  aclara,  y  cura  las  emociones  y  necesidades  del  paciente, por lo que la relación llega más allá  del hospital, a las familias, a los  hogares,  muchas  veces  a  través  del  teléfono,  o  con  visitas, cuando no es foráneo y así el Tanatólogo se convierte en el amigo incondicional  del  paciente,  y  el paciente  en  un  promotor  de  la Tanatología ya que el mismo nos recomienda con otros pacientes.

Pero  si  el  paciente    rechaza  la  ayuda  Tanatológica  (raros  casos) nos retiramos.

Fase  Terminal

Cuando, la Medicina no puede hacer ya nada por el paciente, en el hospital  lo  llaman “Máximo  Beneficio”, y generalmente  lo remiten a su casa con cuidados paliativos, esta información se les da  delante  de  los  familiares,  es  un  momento  muy  fuerte, los Doctores  hablan  con  mucha  claridad,  por  lo que el  paciente generalmente esta  consiente  de  la  gravedad  de  su  estado,  salvo algunos casos en los que sigue viviendo una negación.

En  esos  momentos  sentimos  que  se  derrumba    todo  nuestro trabajo, ante la impotencia de los Médicos  y del enfermo, no es raro que nos contagiemos de una cierta frustración que nos lleve a
pensar que ya no podemos hacer algo, y que nuestra presencia y acompañamiento  son  inútiles.

Al  enfermo  le  han  quitado  la Esperanza, que le hacía soportar tratamientos largos y dolorosos, además de todas las pérdidas que conlleva la enfermedad, por lo que las reacciones  en  el  enfermo  y familiares, van desde  la negación, o  no  aceptación  del  diagnóstico,  mucha angustia, frustración, rabia  contra  el  tratamiento  e  institución  hasta  la  resignación,  y  en  algunos  casos la  aceptación cuando  ya  están cansados de luchar.

¿Qué  hacer  en  esos  momentos?  ESCUCHAR,  nuestra  relación con el enfermo Terminal debe caracterizarse por la escucha dejar que la persona se rebele para poder encontrar juntos el sentido de la muerte. Es todo un arte descifrar los sentimientos del paciente a través de sus palabras, sus gestos y su silencio. Y así ayudarlo a encontrar  la  Esperanza  Real  que  es  la  que  lo  sostendrá y  que brotará  de  la  espiritualidad  del  paciente  ya  que  en  esta  etapa  es muy  importante. 

La  labor  del  Tanatólogo  no  es  darle  las respuestas sino caminar a su lado, escuchando sus luchas, miedos, llevándolo a encontrar los elementos para afrontar su muerte. Debemos  considerar  varias  cosas:  un  paciente  en  etapa  de  fase Terminal, tiene temor al dolor y a la debilitación progresiva, a la pérdida del control de si mismo, a la dependencia de los demás, al aislamiento, a lo desconocido a la muerte, y también, el dolor de dejar  a  su  familia, “cuantos  padres  encontramos  que  su  mayor preocupación son sus hijos”. 

Por  lo  que  debemos  ser  muy  cuidadosos  ya  que  se  requiere  de toda  nuestra  atención  y  dedicación,    para  brindar  al  paciente  la ayuda que el enfermo necesita en ese momento tan especial de su vida    la  labor  Tanatológica  profesional,  la  empatía  y  el  amor incondicional  ayudarán  a  reducir,  en  parte,  la  ansiedad  y  la angustia  del  paciente  y  de  la  familia.  Sin  olvidar  que  para nosotros  es  también  un  momento  fuerte,  sobretodo  si  hemos acompañado al paciente por largo tiempo.

El momento de la agonía  

Es otro de los privilegios que tenemos los que trabajamos en los hospitales, el estar en el momento más importante en la vida de toda  persona  el  de  la  Muerte,  es  la  hora  de  la  verdad  y  de  la autenticidad  y  recibimos  de  ellos,  herencias  espirituales que recordaremos siempre. Son unos momentos de mucha emotividad de despedidas, de silencios, si hay conciencia, una pregunta, ¿ qué
puedo hacer por ti? Muchas veces nos dicen, rezar. Hay personas que durante toda su vida o todo su proceso dieron la impresión de no tener fe, y en este momento, se presenta la esperanza religiosa.

Quizás  el  adecuado  tratamiento  puede  llevarlo  a  un  profundo sentido de la muerte  y del más allá.  La comunicación de la vida del  espíritu  y  de  la  riqueza  interior  puede  resultar  más reconfortante  que  una  transfusión  de  sangre.  (Palabras  del  Dr. Pérez  Varela).

Hay  otros  momentos  en  los  que  el  moribundo  no encuentra  la  paz,  si  su  estado  lo  permite,  hay  que  animarlo  a expresar  estas  preocupaciones  que  muchas  veces  son  por  el desamparo en que quedaría su familia o por otras razones. Pero  para  los  que  estamos  a  su  lado,  y  lo  hemos  conocido  a acompañado  no  deja  de  ser  una  experiencia  entrañable,  son despedidas, que vivimos, muy fuertes en algunos casos pero que no cambio por nada.

Y repitiendo al Dr. Pérez Valera.
 “No es de extrañar  que  una  experiencia  tan  demandante  sea tan  enriquecedora”.

Tanatologia: El sentido de la vida


¿Qué es la Tanatología?     ¿Para qué me sirve a mí?

Probablemente habrás escuchado hablar de la Tanatología que es una ciencia humana y que la palabra tanatología viene del griego logos tratado o estudio y Thanatos que significa muerte, es decir, el estudio de la muerte. Y la muerte, todos lo sabemos, forma parte irónicamente de la vida; es la otra cara de la moneda, después de vivir, siempre se muere.
El objetivo de la Tanatología es curar: Curar, siempre curar, el dolor que causa la muere, la pérdida, la enfermedad y la desesperanza, es decir, su campo de acción es muy amplio, ya que a todos nos causa dolor el recibir un diagnóstico de una enfermedad terminal, por ejemplo, o ver bien enfermar a otro y ser testigo de su proceso de sufrimiento, así como también a todos nos toca experimentar el dolor que causa la muerte de alguien querido por nosotros.
Es muy dolorosa la idea del “ya nunca más” volver a ver a esa persona, o ya nunca más volver a vivir esa situación, o de gozar esa salud que nos permitía todo, y de la cual en ocasiones por ser tan común, no estamos conscientes de ella.
Por otro lado, caemos en la desesperanza, esta situación tan compleja que nos limita, nos hace perder el sentido de la vida, nos ata y no nos permite ver más allá de nuestro dolor, sentimos que ya nada tiene solución ni nada volverá a parecerse un poco ni siquiera a lo que antes sucedía, la desesperanza es pues un concepto que atañe también a esta ciencia humana llamada Tanatología.
También es importante mencionar que las pérdidas, esas situaciones que nos hacen sufrir por que nos separan de las personas amadas o nos alejan de situaciones que gozábamos, son del campo de trabajo de la Tanatología, ya que este sufrimiento implica un duelo, que es el tiempo de dolor que se vive desde que sucede la pérdida hasta que logramos aceptar lo sucedido, este duelo lo podemos manejar adecuadamente a través del acompañamiento de un Tanatólogo, quien es el especialista en llevar a cabo este acompañamiento para lograr hacer más llevaderas las pérdidas vividas y el dolor que causan.
Otras pérdidas que se trabajan con un Tanatólogo también pueden ser un divorcio, una separación, el desempleo, un diagnostico terminal, la partida de un hijo, un cambio de ciudad, cometer o sufrir un delito, la experiencia de un accidente, una muerte inesperada, un reencuentro que se esperaba mejor, por mencionar algunas situaciones que forman parte inevitable de nuestra vida.
Una pérdida es un vacío en nuestro corazón, que reclama más amor, sin pérdidas no hay crisis y sin crisis no hay crecimiento personal; por lo tanto un regalo que nos dejan las pérdidas es el hecho de hacernos mejores personas en base a la experiencia, pues la óptica ante el dolor modifica nuestra manera de percibir la vida en lo sucesivo, además de que nos vuelve más sensibles ante el sufrimiento y nos permite la “empatía” es decir, la capacidad de ubicarnos en la situación del otro desde su necesidad personal.
El Tanatólogo lleva a cabo el acompañamiento de las pérdidas a través de la llamada terapia tanatológica que es un trabajo terapéutico a través del cual la persona que ha sufrido, logra después de un tiempo de terapia aceptar la pérdida vivida, habiendo manejado la culpa y permitiéndose el auto-perdón por las decisiones tomadas integrándola al archivo de su vida personal de una manera sana para continuar viviendo.
Además de la terapia tanatológica existen redes de apoyo, es decir circunstancias de nuestra vida que también nos ayudan como un trampolín a la resolución adecuada de las pérdidas, entre ellas están: la fe en Dios, los valores personales experimentados como el amor, la unión, la fortaleza, etc. También los logros en la vida que se han tenido, las relaciones de amistad, las relaciones sociales etc.
También constituyen una gran ayuda en momentos de pérdidas difíciles el apoyo profesional de diversas disciplinas como las especialidades médicas, un ministro religioso, experiencias previas similares, y la fuerza interior, en el acompañamiento tanatológico es importante considerar que el sufrimiento del duelo de cada persona es un evento muy personal, de dimensiones variables según cada quien, y es muy respetable.
El fin último de la Tanatología es llevar a la persona en duelo “de la mano” , desde el acompañamiento hasta la aceptación de lo que ha vivido y la aceptación no es otra cosa sino hacernos dueños de nuestra propia vida, para finalizar es importante aclarar que todos tenemos la capacidad personal de resolver los duelos, sin embargo, en ocasiones y dependiendo  de nuestra historia de vida, es decir, lo que hemos vivido más la pérdida que nos ha sucedido, se nos complica la resolución por nosotros mismos y es  cuando es recomendable acudir con el que nos puede ayudar.
Si  consideras que te encuentras en la situación de no poder resolver por ti mismo alguna pérdida que has vivido, acude con un Tanatólogo para que te apoye.

sábado, 4 de agosto de 2012

La Benemérita Cruz Roja, Veteranos en Acción

Veteranos

La Coordinación de Veteranos es un área operativa integrante del Programa de relación con los asociados de Cruz Roja Mexicana.
Coordinación Nacional de Veteranos
¿Quienes somos?
Definición:
La Coordinación Nacional de Veteranos es un área operativa de la Cruz Roja Mexicana, que promueve la participación voluntaria del personal que ha prestado sus servicios en las diferentes áreas de la Institución.
Objetivo:
1. Agrupar con carácter de voluntario al personal que ha prestado sus servicios durante prolongado tiempo en todas las áreas de la Cruz Roja Mexicana, el cual que por su vivencia institucional aporta experiencia a la labor humanitaria.
2. Mantener los lazos creados, con el propósito de evitar la pérdida del recurso humano experimentado en los campos de operación.
3. Contribuir de manera activa en el desarrollo y operación de los programas humanitarios que despliega la Sociedad Nacional en apego a los Principios Fundamentales del Movimiento.
Misión:
• Cristalizar las sinergias que vienen del pasado, para proyectar a la Institución al mundo cambiante del Siglo XXI . .
• Crear una reserva de recursos humanos para que apoyen en todas las funciones operativas y administrativas de la Institución.
• Actuar como testigo del pasado, para que vuelvan a florecer los valores básicos de la sociedad que se han venido debilitando
¿Quiénes pueden formar parte de veteranos?
• Los asociados voluntarios en activo, de cualquier área de la Sociedad Nacional.
• Los asociados voluntarios no activos que comprueben su estancia dentro de la Institución.
Estos asociados deben de tener una antigüedad mínima de: 12 años de servicio, los cuales deben ser ininterrumpidos para el primer caso y no necesariamente continuos pero comprobables para los del segundo caso.
¿Cual es la relación de los Veteranos con las áreas operativas?
Con todos los asociados sin importar área (Juventud, Desastres, Capacitación, Damas, Socorros, Técnicos en Urgencias Médicas, Médicos, Enfermeras, Funcionarios, Directivos y administrativos remunerados o voluntarios.
Todos pueden integrarse a la Coordinación de Veteranos y apoyar a cualquier área operativa o administrativa de la Institución
¿Qué hace un Veterano Cruz Roja?
Si está en activo, continúa desarrollando su labor cotidiana dentro del área operativa o administrativa que elija o lo requiera, trabajando en apego al objetivo, funciones y normatividad de la misma.
Si no está en activo o desea ampliar y aportar su experiencia en otros campos, se le ofrece
colaborar a disposición dentro de las líneas de:
Desastres:
Apoyo logístico y operativo en comunicación, centros de acopio, albergues
Doctrina Cruz Roja:
Difusión de los Principios de la Cruz Roja, Derecho Internacional Humanitario, Valores e Historia Institucional. (Museo Virtual)
Servicio Comunitario:
Restablecimiento de lazos familiares, programa invernal y ayuda a migrantes, en apoyo al
CICR. Apoyo operativo y servicio social a las áreas de ambulancias, hospital, servicios y operativos especiales. Apoyo a Instituciones de Asistencia, públicas y privadas. Servicios profesionales en diferentes áreas (Legal, Médica, etc.). Educación de Adultos.
Salud:
Primeros auxilios comunitarios, promoción de la salud (campañas preventivas y campañas de vacunación, donación de sangre, órganos y tejidos)
Promoción Institucional:
Colecta y captación de fondos, eventos, conmemoraciones, relaciones públicas.
Capacitación:
Apoyar a la Coordinación Nacional de Capacitación, previa preparación en la misma.
Puedes registrarte como Veterano
Solicita información y tu registro en la Coordinación Nacional de Veteranos, al siguiente correo electrónico:veteranos@cruzrojamexicana.org.mx
Antecedentes del Área de Veteranos
En el año de 1926, a iniciativa del Sr. Leandro Cuevas, socio fundador de Cruz Roja Mexicana e iniciador del Servicio de Ambulancias, fue creado en el Comité Central de la Institución el Círculo de Veteranos. Vinieron años difíciles, el Círculo de Veteranos fue extinguiéndose poco a poco hasta que se proclamo su disolución.
En el transcurso de julio de 1939 se extendió una invitación firmada por los Señores Leandro Cuevas, Carlos Serralde, Luis Morales Barrena y Agustín Quintanilla para una reunión con miras a integrar un nuevo Circulo de Veteranos y fijándose para ello el día 4 de agosto de 1939. La reunión concluyó con la firma del acta constitutiva del Nuevo Circulo de Veteranos de Cruz Roja Mexicana.
Desde aquella fecha se ha mantenido activa la agrupación de veteranos a nivel nacional en numerosas Delegaciones.
El Círculo de Veteranos primero limitado al Distrito Federal se expandió y fue adoptando distintos nombres. Primero pasa a ser la Federación de Veteranos de la Cruz Roja Mexicana, antes de constituirse en Confederación.
En sus inicios la agrupación era autónoma pero fue integrándose cada vez más a las tareas institucionales, llegando a ser el Comité de Veteranos y actualmente la Coordinación Nacional de Veteranos.