¿Qué es la
Tanatología? ¿Para qué me sirve a mí?
Probablemente
habrás escuchado hablar de la Tanatología que es una ciencia humana y que la
palabra tanatología viene del griego logos tratado o estudio y Thanatos que
significa muerte, es decir, el estudio de la muerte. Y la muerte, todos lo
sabemos, forma parte irónicamente de la vida; es la otra cara de la moneda,
después de vivir, siempre se muere.
El objetivo
de la Tanatología es curar: Curar, siempre curar, el dolor que causa la muere,
la pérdida, la enfermedad y la desesperanza, es decir, su campo de acción es
muy amplio, ya que a todos nos causa dolor el recibir un diagnóstico de una
enfermedad terminal, por ejemplo, o ver bien enfermar a otro y ser testigo de
su proceso de sufrimiento, así como también a todos nos toca experimentar el
dolor que causa la muerte de alguien querido por nosotros.
Es muy
dolorosa la idea del “ya nunca más” volver a ver a esa persona, o ya nunca más
volver a vivir esa situación, o de gozar esa salud que nos permitía todo, y de
la cual en ocasiones por ser tan común, no estamos conscientes de ella.
Por otro
lado, caemos en la desesperanza, esta situación tan compleja que nos limita,
nos hace perder el sentido de la vida, nos ata y no nos permite ver más allá de
nuestro dolor, sentimos que ya nada tiene solución ni nada volverá a parecerse
un poco ni siquiera a lo que antes sucedía, la desesperanza es pues un concepto
que atañe también a esta ciencia humana llamada Tanatología.
También es
importante mencionar que las pérdidas, esas situaciones que nos hacen sufrir
por que nos separan de las personas amadas o nos alejan de situaciones que
gozábamos, son del campo de trabajo de la Tanatología, ya que este sufrimiento
implica un duelo, que es el tiempo de dolor que se vive desde que sucede la
pérdida hasta que logramos aceptar lo sucedido, este duelo lo podemos manejar
adecuadamente a través del acompañamiento de un Tanatólogo, quien es el
especialista en llevar a cabo este acompañamiento para lograr hacer más
llevaderas las pérdidas vividas y el dolor que causan.
Otras
pérdidas que se trabajan con un Tanatólogo también pueden ser un divorcio, una
separación, el desempleo, un diagnostico terminal, la partida de un hijo, un
cambio de ciudad, cometer o sufrir un delito, la experiencia de un accidente,
una muerte inesperada, un reencuentro que se esperaba mejor, por mencionar
algunas situaciones que forman parte inevitable de nuestra vida.
Una pérdida
es un vacío en nuestro corazón, que reclama más amor, sin pérdidas no hay
crisis y sin crisis no hay crecimiento personal; por lo tanto un regalo que nos
dejan las pérdidas es el hecho de hacernos mejores personas en base a la
experiencia, pues la óptica ante el dolor modifica nuestra manera de percibir
la vida en lo sucesivo, además de que nos vuelve más sensibles ante el
sufrimiento y nos permite la “empatía” es decir, la capacidad de ubicarnos en
la situación del otro desde su necesidad personal.
El
Tanatólogo lleva a cabo el acompañamiento de las pérdidas a través de la
llamada terapia tanatológica que es un trabajo terapéutico a través del cual la
persona que ha sufrido, logra después de un tiempo de terapia aceptar la
pérdida vivida, habiendo manejado la culpa y permitiéndose el auto-perdón por
las decisiones tomadas integrándola al archivo de su vida personal de una
manera sana para continuar viviendo.
Además de la
terapia tanatológica existen redes de apoyo, es decir circunstancias de nuestra
vida que también nos ayudan como un trampolín a la resolución adecuada de las
pérdidas, entre ellas están: la fe en Dios, los valores personales
experimentados como el amor, la unión, la fortaleza, etc. También los logros en
la vida que se han tenido, las relaciones de amistad, las relaciones sociales
etc.
También
constituyen una gran ayuda en momentos de pérdidas difíciles el apoyo
profesional de diversas disciplinas como las especialidades médicas, un
ministro religioso, experiencias previas similares, y la fuerza interior, en el
acompañamiento tanatológico es importante considerar que el sufrimiento del
duelo de cada persona es un evento muy personal, de dimensiones variables según
cada quien, y es muy respetable.
El fin
último de la Tanatología es llevar a la persona en duelo “de la mano” , desde
el acompañamiento hasta la aceptación de lo que ha vivido y la aceptación no es
otra cosa sino hacernos dueños de nuestra propia vida, para finalizar es
importante aclarar que todos tenemos la capacidad personal de resolver los
duelos, sin embargo, en ocasiones y dependiendo
de nuestra historia de vida, es decir, lo que hemos vivido más la
pérdida que nos ha sucedido, se nos complica la resolución por nosotros mismos
y es cuando es recomendable acudir con
el que nos puede ayudar.
Si consideras que te encuentras en la situación
de no poder resolver por ti mismo alguna pérdida que has vivido, acude con un
Tanatólogo para que te apoye.
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